15
Jun

8 cosas que todos deberíamos saber sobre la depresión

Algunos puntos claves que deberíamos saber sobre la depresión

Tiempo de lectura: 4 minutos aprox. 

La depresión es un trastorno del estado del ánimo con consecuencias graves y es más frecuente de lo que llegamos a pensar, por lo que es muy importante informarnos sobre ella y poder reconocer algunos síntomas claves en nosotros mismos y en otras personas, ya que esto puede hacer que se tenga acceso a tratamiento de una forma más oportuna, disminuyendo los efectos negativos en el corto y largo plazo y mejorando la calidad de vida en general.

A continuación te compartimos algunos puntos claves que todos deberíamos conocer sobre este trastorno:

Es muy diferente a la tristeza:

La tristeza es una emoción que todos experimentamos en diferentes momentos y que se desencadena a raíz de uno o varios acontecimientos identificables, es pasajera y tiende a disminuir en intensidad con el tiempo. Por otra parte, la depresión es un trastorno del estado del ánimo y aunque la tristeza puede ser uno de sus síntomas, tiene otras características como la desesperanza (sentir que nada va a mejorar), la pérdida del interés o de la capacidad de disfrutar, los cambios muy marcados en la alimentación y en el sueño, dificultades para concentrarse e incluso pensamientos de muerte o de hacerse daño. Todos estos cambios llegan a afectar distintas áreas de la vida como la social, la laboral u otros aspectos importantes del funcionamiento (algunas personas pueden llegar a dejar de realizar actividades de autocuidado como bañarse o levantarse de la cama). Estrictamente hablando, no es necesario “sentirse triste” para recibir un diagnóstico de depresión y de hecho en niños y adolescentes más que tristeza se suele manifestar la irritabilidad como uno de los síntomas característicos.

No siempre es causada por un acontecimiento “traumático”:

Aunque es cierto que en algunas personas la depresión inicia a raíz de un acontecimiento estresante o difícil, la realidad es que no siempre se puede identificar de una forma tan clara. De hecho, no solo los factores ambientales suelen tener un papel importante, los estudios han demostrado que la genética también es clave y puede predisponer a la aparición de este trastorno. Otros factores biológicos como los hormonales pueden favorecer que aparezca (como en el caso de la depresión postparto). En definitiva en la aparición de la depresión hay varios factores que se relacionan, biológicos y contextuales. De hecho algunos cambios importantes que pueden ser leídos como “positivos”, pueden generar un gran estrés que lleve al inicio de un episodio (sería el caso de un cambio de ciudad por un nuevo trabajo). El evento desencadenante no siempre es claro y por lo tanto el tratamiento no se centra (o no exclusivamente en caso de que sí exista) en “enfrentar” o hablar de este supuesto acontecimiento.

A veces se necesitan medicamentos para tratarla (pero no siempre):

Diversas Guías de Práctica Clínica (GPC) para el tratamiento de la depresión recomiendan la psicoterapia para la depresión en cualquier intensidad (leve, moderada o grave) y la combinación de fármacos + psicoterapia en depresiones moderadas a graves, en depresiones resistentes a otras intervenciones, o en personas que, aunque estén teniendo un episodio leve han tenido síntomas moderados o graves previamente. Es importante saber que aunque para algunos casos la medicación es parte fundamental del tratamiento, no siempre es así y que además la psicoterapia es siempre una parte indispensable del tratamiento.

La depresión no es algo que se “elija” o un síntoma de “debilidad”:

La depresión es un trastorno mucho más común de lo que llegamos a imaginar. En la actualidad se estima que aproximadamente 322 millones de personas viven con ella, y aunque el porcentaje de mujeres y adultos mayores es más alto, lo cierto es que es un trastorno que se presenta en cualquier edad (niños y adolescentes incluidos), género, lugar de procedencia, estrato socioeconómico, religión, etc. De hecho se estima que entre un 8% y un 15% de personas en el mundo tendrán algún episodio depresivo a lo largo de su vida por lo que es una condición que cualquiera de nosotros podría llegar a enfrentar. Como lo mencionamos previamente es multicausal (hay varios factores que influyen en su aparición), por lo que no tiene nada que ver con ser “débil” o “fuerte”.

Hay enfermedades físicas que tienen síntomas parecidos a la depresión:

Antes de hacer un diagnóstico de depresión es bueno realizar un chequeo médico para revisar nuestra salud general, ya que hay algunas enfermedades que pueden generar síntomas que pueden confundirse con este trastorno como es el caso de la anemia, el hipotiroidismo, u otros trastornos psiquiátricos. Esto no quiere decir que no se pueda presentar una enfermedad como el hipotiroidismo y al mismo tiempo depresión o varios trastornos psiquiátricos al mismo tiempo, sin embargo siempre será importante que revisemos nuestra salud en general y lo consultemos con nuestro médico, psicólogo u otros profesionales tratantes, ya que no solo un diagnostico puede confundirse con otro y evitar que recibamos un tratamiento adecuado, sino que una de estas condiciones puede empeorar la otra, por lo que es necesario que podamos identificarlas todas a tiempo.

La depresión aumenta el riesgo de suicidio:

Se estima que una persona con depresión tiene un riesgo de suicidio 21 veces mayor a la población general. De hecho se ha identificado que de las personas que se suicidan aproximadamente el 90%  tenía una enfermedad mental, siendo la depresión la más común. Tener depresión no significa necesariamente que una persona se va a suicidar, pero sí aumenta el riesgo sobre todo cuando esta es grave. Las edades en las que se presenta mayor vulnerabilidad es en los adolescentes, en los jóvenes y en los adultos mayores. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), una persona se suicida cada 40 segundos en el mundo, constituyendo así la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años.

No se “cura” pensando en “positivo”:

La depresión no es una elección, sino una respuesta adaptativa a algunas circunstancias o condiciones. Un mito común  es pensar que es algo que se puede cambiar teniendo pensamientos “más positivos”, pero esto no suele ser suficiente, además de que cambiar nuestros pensamientos puede ser algo muy difícil de lograr y para lo que se puede necesitar tratamiento psicoterapéutico. A ninguno de nosotros se nos ocurriría decirle a alguien con dolor de estómago o migraña que “piense en positivo” para cambiar su dolor ¿Verdad?, y  aunque pudiéramos identificar factores individuales que pueden haber influido en la aparición de estos síntomas (como una mala alimentación) normalmente no esperaríamos a que desaparecieran solos ni culparíamos a la persona por estar enferma ni le negaríamos tratamiento por esto.

Hay tratamiento disponible:

Según la división 12 de la APA los tratamientos que han mostrado mayor evidencia científica son la activación conductual, la terapia cognitivo conductual y la terapia metacognitiva. Aunque es cierto que en algunos casos un episodio depresivo puede llegar a desaparecer por sí solo, esto no siempre es así. No solo el suicidio es una de las consecuencias de la depresión no tratada, sino que además un episodio sin tratamiento puede prologarse por meses o incluso años, disminuyendo significativamente la calidad de vida de las personas e incluso su salud física, lo que tiene consecuencias no solo a nivel individual, sino a nivel familiar y social.

Si has identificado en ti u otra persona algún síntoma de depresión es muy importante que consultes con un profesional de la salud mental para que puedas recibir un tratamiento adecuado. Recuerda: Sí hay tratamiento disponible.

Referencias:

Chu, B., Crocco, S., Esseling, P., Areizaga, M., Lindner, A & Skriner, L. (2016). Transdiagnostic Group Behavioral Activation and Exposure Therapy for Youth Anxiety and Depression: Initial Randomized Controlled Trial. Behaviour Research and Therapy, 76, 65-75. doi:10.1016/j.brat.2015.11.005

Costello, C. G. (1972). Depression: Loss of reinforcers of loss or reinforcer effectiveness?. Behavior erapy, 3(2),
240-247. https://doi.org/10.1016/S0005-

Soleimani, M., Mohammadkhani, P., Dolatshahi, B., Alizadeh, H., Overmann, K. & Coolidge, F. (2015). A comparative study of group behavioral activation and cognitive therapy in reducing subsyndromal anxiety and depressive symptoms. Iran J Psychiatry, 10 (2). 71-78. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pmc/ articles/PMC4752528/