Cuando se habla de prácticas basadas en la evidencia en realidad se está queriendo decir que los tratamientos y estrategias usadas durante la intervención, han sido previamente probadas y validadas de forma científica. La validación científica se hace a través de investigaciones, lo que garantiza que el tratamiento o intervención ofrecida en cada caso haya demostrado ser eficaz para problemáticas similares a las que presenta la persona.