Es una metodología educativa que promueve interacciones basadas en el respeto y la conexión efectiva entre niños y adultos. La disciplina positiva ayuda a entender las conductas de los niños y brinda herramientas que promueven habilidades interpersonales y de regulación emocional en ellos, teniendo como fundamento el respeto mutuo, el establecimiento de límites y la conexión emocional. No solo se centra en resolver los problemas inmediatos, sino que da herramientas y estrategias de crianza que promueven que los niños puedan autogestionarse y resolver los diferentes obstáculos de la vida también en el largo plazo.
Cuando se habla de prácticas basadas en la evidencia en realidad se está queriendo decir que los tratamientos y estrategias usadas durante la intervención, han sido previamente probadas y validadas de forma científica. La validación científica se hace a través de investigaciones, lo que garantiza que el tratamiento o intervención ofrecida en cada caso haya demostrado ser eficaz para problemáticas similares a las que presenta la persona.
Un espacio en el que te sientas seguro y con la libertad de expresarte sin el temor a ser juzgado, es clave para el éxito del proceso terapéutico. Sabemos que todos somos diversos y respetamos profundamente los valores y creencias individuales.
La relación terapéutica es un activo fundamental en cualquier proceso terapéutico. El hecho de que trabajemos desde metodologías basadas en la evidencia, solo nos acerca más a comprender la importancia que tiene el vínculo en las relaciones humanas. Por eso trabajamos para generar un espacio en el que tú eres en protagonista, en donde te sientas cómodo y escuchado, y en donde puedas construir en conjunto los objetivos de tu terapia, comprendiendo siempre la metodología usada y por qué de cada intervención.